"I'll Be Your Mirror - Mono" de The Velvet Underground, esa tediosa oda al aburrimiento existencial de una banda que tortura guitarras eléctricas con unas melodías desoladoras inspiradas en Nico, la diva teutónica de voz abotonada. ¿Qué más se puede esperar de unos músicos encabezados por Lou Reed, malhumorado y narcisista incluso para los estándares del rock & roll? Necesariamente, esta canción ni siquiera puede acercarse a la oda a la contemplación espiritual de "A Hard Day's Night" de The Beatles o la brillante complexión lírica de "Visions of Johanna" de Bob Dylan. The Velvet Underground y esta insufrible canción harían bien en buscarse un espejo más halagador, quizás uno que pueda ocultar las interminables y ya amarillentas cicatrices del aburrimiento perpetuo de un siglo musical mancillado por ellos. En su tiempo, quizás se erigieron como "mainstream", pero, a la mirada de hoy, el oyente medio con algo de cultura musical lo único que podría admitir es cómo muestra comprensible de todo lo que nunca deberíamos considerar como paradigma de cualquier gusto válido.