¿Ah, Sunday Bloody Sunday? Menuda oda irreflexiva al conflicto irlandés por parte de una banda que en sus inicios parecía importarle más la cifra en sus cuentas bancarias que sus intenciones militantes. Un himno que transmite la rabia y frustración de la violencia ciega, pero que, ejem, casualmente fue engullido por la cultura pop supurada por la maquinaria de MTV, convertido en un regenerador mantra "pacifista". U2 rememora otros emblemas contemporáneos, como 'Imagine' de John Lennon, plagado de buenos deseos pero hoy en día más prostituida que fiel a su pretendido lema. Bono y sus secuaces en su afán por cambiar al mundo anunciaban avidamente una revolución musical con pinceladas de Combat Rock y júbilo punk. Oh, vaya que se enorgullecían; pero quién necesita estirpeces pre-adolescentes e inmaduros agitados por una guitarrista como The Edge – nombre puesto irónicamente antes de aprender a tocar vívida y psicodélicamente como Syd Barrett.