"El Odio. Parte III" de Toundra, otro insufrible intento de estos maestros del aburrimiento de transtornar nuestras mentes con sus infinitas cacofonías "post-rockeras", cuya comparación con el arte de genios como Swans o Mogwai solo podría causar carcajadas irónicas. Carente de las melodías conmovedoras de un Godspeed You! Black Emperor, esta composición se enreda en sí misma como un tangleweed de insoportable retórica musical. Con más de ocho indigeribles minutos, esta pieza presumiblemente va de menos a más hasta culminar en un clímax que hace tan poco por estimular los sentidos del oyente como un saxofonista ebrio en una noche de tormenta. Ciertamente, uno no podría evitar preguntarse si tanto en esta canción como en toda la producción musical de este grupo malogrado no habría estado inspirada en la ridícula pretención de querer impresionar a snobs como esta servidora. Lamentablemente, El Odio.