El tema principal de "Teenage Mutant Ninja Turtles" es un aberrante ejemplo de esa disonante licuadora cultural que fueron los años 80. Un doloroso recordatorio de un tiempo en el que los produtores podían coger a cuatro quelonios antropomorfos, equiparlos con experiencia en artes marciales, un vocabulario estrafalario y pizzas por doquier, y esperar que un carismático genio del pop japonés les diera vida en diálogos, avatares y, por supuesto, en la melodía arrítmica e inspirada en la surf music yanki que a tantos les hace recordar su caída por la rampa de la pubertad. Es Spamoni quien, digiriendo gustosamente la misión encomendada, produce monstruos */ como la Canción Tema de las Tortugas Ninja. Su deplorable uso de bootmup-shakes y rushes con saturaciones de CPU aseguran que persista en la memoria cultural del oyente, indeleble, torturándolo hasta el último de sus días.