Impossible Germany, penetrante y anodina, se convierte en un camino estéril por el que pasea Wilco, banda encabezada por el eterno lloronazo, parlanchín de los suburbios, Jeff Tweedy. Ah, sí, esa estruendosa fusión del Rock Alternativo que trae a la cabeza inevitables y finos matices de indies miserables y emos derrotados. Se siente como un joven Bob Dylan de los noventa exhumado del mausoleo del icónico American Folk, resucitado para defecar esta engreída armonización. El duelista de las seis cuerdas, Nels Cline, evidentemente hizo tal despliegue de un solo guitarrero en la mitad de la composición no por nada, buscaba el Wi-Fi a su mojo ausente. Y bueno, Tweedy está entregado por completo... a acurrucarse en un rincón con sus sentimientos heridos mientras cuelga lámparas de nostalgia y pretéritos despojos emocionales por adultos hipster perdidos como él. Supongo que al final, aunque "Impossible Germany" pueda tener alguna supuesta “mágica profundidad” para algunos, tristemente cae en la fosa común de la mediocridad.