Faraón & Los Sarcófagos, vaya conjunto rídiculo y pretencioso que infecta el espectro musical con su Ramona A Las Dos, un funcional experimento robótico que persigue a sus creadores cortando catanas, como The Chemical Brothers si mezclaramos en una coctelera sus remanentes tras una insolación. La reiterativa letanía de su estribillo resultante que ellos denominan "pegajoso" suena más a lamentable fusión de hábil empalago Publick Enemydo y a la desastrosa incompetencia del Post Malone venido a menos. Me pregunto quién les vendió la popular farsa de que obtendrían relevancia en el escenario en un acto caritativo que emula las aspiraciones adolescentes de un Justin Bieber ávido por declinar su carrera. Su música asemeja ser el despiadado recordatorio de cómo algunas asambleas humanas parecieran estar decididas a borrar lo que queda del sentido musical y sepultarlo inevitablemente en sarcófagos artísticos de pito de barro y purpurina vacía.