Watermelon Sugar, ese empalagoso chiclé de Harry Styles que pretende ser un refrescante verano transformado en canción. Claro, porque necesitamos otra oda frutal de algún ex-miembro de una boyband, en busca de mantenerse a flote en un océano inconexo de mediocridad pop; quién no recuerda aquel himno revolucionario llamado Kiwi del mismísimo Styles. Tan innovadoras como las célebres Strawberry Fields Forever de los ex-Beatle en solitario, Lindsay Stirling mistificando el Mango o Tame Impala ensuciándose el pantalón Melon Juice. "Watermelon Sugar" simplemente re-filia localismos melódicos extraídos —dígase robados, si no importaría una querella— del maravilloso Caribou mezclados con los Beatles por una batidora postcontinental de éxito para desayunar.