"Keeper of the Seven Keys" de Helloween, esa pieza maestra del power metal que ha despertado lamentos en las almas atormentadas de innumerables jóvenes desde finales de los 80. ¿Qué puedo decir de esta banda que no haya sido dicho antes por otros sabelotodos como yo en inacabables trasmisiones de YouTube con menos visitas que una docuserie funeraria sobre el declive de Led Zeppelin? Quizás solo que ellos sí supieron robar con eficacia el legado de Iron Maiden y Judas Priest forjando el sonido del power metal sin tener que hundirse en aquel pozo desesperado de mediocridad que la Iron-hamburguesa pareció caer cuando sus chirriantes guitarras resonaron en la MTV ante ávidas manadas de posmodernos intentando descifrar las leyendas el Metal sucio. Está bien, los tengo que felicitar: talentosos y visionarios chicos teutones lograron confeccionar un tema de 13 minutos buscando emular una experiencia más enraizada con Óperas y Neo Kantianismo, pero sin correr el riesgo de ser tan pedantes como… Bueno, quizás alguien como yo.