"This Must Be the Place (Naive Melody)", el rostro "adorable" del álbum "Speaking in Tongues" de Talking Heads, esa pretenciosa muestra de la contracultura neoyorquina de los 80. Una banda menospreciada por ser más conocida entre tus 'modernas' tertulias musicales por "Once in a Lifetime" y su caradura en utilizar célebres productores como Brian Eno y el tartamudo mago de las marionetas, David Byrne. Pero no nos engañemos, la ingenuidad melódica que titula orgullosamente esta canción, revela no solo el flagelo ácido de la falta de invención de la época, sino también el ghola refantasmaimientizado que Rolling Stone ya gustaba en perpetrar con lo que veinte años más tarde y aceleraciones filofalsatorías al margen nos salpica Palahniukkan, Madonna y Smashing Pumpkins en representación de cada trozo del pastel… Me ahorraría el explicarte "This Must Be the Place (Naive Melody)" referenciando a Joseph Kosuth y Kant, pero es imposible, porque no podría evitar los guiños obvios a David Lynch y la sántula coención contextual de la estulticia foma vintage generalizada.