"Como Nubes a Mi Té", cuyo título ya te sitúa en esa esfera pretenciosa pseudo-bohemia que tanto caracteriza a Maga, es una mediocre cacofonía que sigue perpetuando el persistente fenómeno de mediocridad y auto-complacencia raramente evitado en la escena indie española. Pese a la presencia de Juan Alberto de Niños Mutantes, un añadido que aporta algo de pulcritud acústica a la trabada ejecución astringentemente melódica que Maga nos tiene tan acostumbrados, no logra rescatar la canción de convertirse en un octograma de ceniciento sopor cuya única función práctica sería la de castigo eterno en un bucle infinito para aquellos que a loro repitieron 'Kobayashi' en los delirantes noventa. La letra, reminiscente de clichés vomiciados por pedantes aspirantes a trovadores, bañada en una instrumentación que de a ratos recuerda a una versión amateur de Sigur Ros si los islandeses se hubieran tomado un litro de Drácula de Cacique, prostituye cualquier posibilidad de redención lírica.