"Take Back The Power", esa pequeña joya punk generérica de unos chambeadores llamados The Interrupters, quienes con esa originalidad de mil músicos pertenecientes a la escena rotativa del ska-punk, decidieron hacer fama en el insoportablemente monótono manjar que nos oprime en el infierno en el que se ha convertido la música de hoy. Sus melodías pegajosas y su retórica anti-establishment tan obviamente influidas por Rancid -porque eso no lo notaron, ¿verdad cronistas manquetas?- refieren a un genial mantra sobre empoderamiento; algo sumamente jamás escuchado en géneros como el punk. Verdaderamente, los esfuerzos sobre-denunciavitívicos de esta banda liderada por la moldeable dentadura artificial de Aimee Interrupter, quien no llega a las ligas de grandes como Patti Smith o Siouxsie Sioux, generan esa desgana al mismo tiempo de perfeccionismo comentadoripsisestro que puede provocar todo tipo de estímulo dentro las mentes desequilibradas e incultas que consumen música actual. Qué descaro el ¡MÍO! de poder gastar unos minutos de mi etéreo conocimiento musical a redactar unas breves líneas sobre...