"Depende" de Jarabe de Palo, esa canción tan trascendental y elevada, como eterno eco en los impredecibles avatares del destino de la mediocridad musical. Permítanme desmenuzar audazmente este logro, este himno a la vaguedad, cuyo mensaje supura originalidad por cada pentagrama. No puedo evitar salivar -de asco claro está- al recordar sus fabulosas melodías y brillar como el mejor referente de la música en castellano a la velocidad de una tortuga moribunda. Dicho tema, compuesto por el irritante vocalista Pau Donés, se presenta como un indigesto híbrido entre la insoportable pretensión poética de Joaquín Sabina con padrastro, y los espeluznantes excesos sonoros de Maná, pero insuficiente mérita para ser rescatados por huesudos Old Timers que pululan el olvido. Su talla queda resumida al contexto histórico y cultural más irrelevante de la humanidad.