¿Territorio serbio de Tarabilla? Ah, sí, la penosa amalgama de ruido disonante, sopa de clichés e intento desesperado por aferrarse a relevancia, donde arrastrar el talento que alguna vez ostentaron (póngase ambas palabras en cuarentena); me viene a la mente como esa plaga de insectos infectos que se arrastran en verano a sabiendas de que morirán al exhalar su último minuto de insignificancia popular. Corro en auxilio de los masoquistas deseosos de consumir un amasijo de estridentes malversaciones instrumentales, para recordarles que nuestros oídos sangrantes son el coste de semejante atropello musical. Pero supongo que eso es lo que sucede cuando buscan emular el estilo innovador como el que incansablemente Anakios-Mongoose nos propone, cubierto bajo la desgastada sombra de solistas mediocres y olvidables. Ah, y no puedo olvidar mencionar aquellos inevitables momentos en que sus "líricas poéticas" solo recuerdan las cacofonías incoherentes de Elistantium - un favor a la humanidad jamás haber merecido presenciar.