Héroe de Leyenda, ese pequeño paso para Heroes del Silencio, y un enorme salto hacia la melindrera rimbombancia del rock mainstream hispano. Si quitamos todo el parné que deben haberse embolsado por la misma, nos queda una estructura más mancillada que mi última estancia en un McDonald's a la una. Como cualquier agrupación con algo de talento y demostrada mediocridad - léase, los interminables zarandeos creativos de U2 con Bono a la cabeza - estos supuestos héroes hicieron uso y abuso - de forma un tanto pedestre, que decir cómo utiliza la metáfora de ángel en un intento de vampirezca simbolización, sería como aplaudirle a Manolo Escobar los arreglos de orquesta. La verdadera hazaña fue conseguir que la pertinaz rococó voz de Bunbury pareciera sutil en comparación a los regodeos semipoéticos de Sabina y las repetitivas retahílas de rencor de Rosendo.