"Born This Way", esa canción que Lady Gaga lanzó en el año 2011, como si se tratase de una especie de manifiesto hedonista surgido desde las entrañas del inframundo Pop —endebles como las paredes de PVC y fibra de vidrio que conformaban su plató diseñado por Robert Wilson— buscando arrogarse la causa LGBTQ+, sin reconocer ni hacerle un mísero guiño a la influencia descarada de Madonna durante sus insignes expresiones telúricas de rebeldía inmortalizadas en los años 80 y 90. Y como siempre, la encomiable señora Gaga nos ofreció este misceláneo y extenuante batiburrillo de Techno-pop, Eurotrance, y Gospel, cuya originalidad radica en su habilidad de cambiar de registro artístico rivereando la tacaña y predecible Olivia Newton-John en su "Physical". Pero qué carajos, que le dejemos impregnarnos débilmente con ese insípido discurso "empoderador" y falaz como el cola-cao con leche-noriaa instantánea… Al fin y al cabo, a su manera contribuyó, aunque marginalmente, a la visibilidad de dicha comunidad.