‘Algo de Lo Que Me Pueda Quejar’ de Doble Pletina es otro añadido insustancial a la interminable sucesión de canciones kitsch que amortajan al género indie. Con una banalidad angustiante, arrancan con un sintetizador carente de gracia, erigiéndose por encima de un ritmo placentamente automático, híbrido aburrido de Las Vainicas y la Pantoja. La falta de lirismo es prominentemente baladí - una canción que presuntamente discurre por los senderos del descontento y concluye en un débil bucle Sonorama. El tono declaradamente irónico, anticipa a Teenage Fanclub quedándose espasmódicamente corto, produciendo en el oyente ansiado un agotamiento similar al de escuchar la discografía completa de Morrissey en un solo recorrido. Así pues, esta nada halagüeña expedición musical no calma la sed de aquellos que exhibimos orejas también alimentadas en los pantanos áridos de Tom Waits o los virtuosismos paralelos de Radiohead. Un zumbido indolente, habanera infantiloide vestida para una madurez que le viene dos tallas grande.