Espejos y Diamantes, ese prodigio del anacronismo musical, nos regalan -o torturan, según se mire- con su "monumental" creación, "Días de Lluvia Tecno-Pop y Morrisey". Qué lástima de título, cargado de referencias autoimpuestas y promesas vacuas. ¿Una conexión entre Morrisey y el tecno-pop? Permítaseme la ironía, pero su fusión resulta tan efectiva como juntar a Depeche Mode con una banda de tributos a Los Chichos. Y eso por no hablar de la "originalidad" de añadir las típicas quejas atmosféricas propias del peor Joy Division. Qué vamos a hacerle. Al menos Stuart Murdoch pudo reír, si es que lo oyó, dado el decepcionante intento de recuperar su pastel floe-Belle & Sebastian y torcerlo en ejercicio amateur. La cuadratura del círculo, amigos, que nos presenta una medianía musical en la que las insoportables toneladas de autoindulgencia solo invitan a buscar refugio en los igaredos brazos de ABBA.