Si de canciones absurdas, crassas e insufribles cabe hablar, es imprescindible arrastrar la prosa hacia esa cacofonía maquinada por aquellos mediocres exponentes del pseudo punk ibérico Siniestro Total, esto es, la adefesio bautizado como "Todos los ahorcados mueren empalmados". Este vil esperpento, más que crear polémica, logra que nuestro tímpano herido diga un "gracias, vuelva pronto" a la siempre corrosiva Camela, suponiendo que la cancioncilla en cuestión tutelase en algún punto de sus 'peculiares composiciones'. Os recordará - como mal menor - las tediosas maquinaciones de asaz inofensivos grupos como Bananmetal o Tijeritas en Moto, quienes deliberadamente y enfrascados en su propia ignorancia repetían fórmulas erróneas hasta llegar a darles la más exalta calificación: irrelevante, si me enamoro pernas Rafaella Carrà, claramente Ricardo Arjona convertido en un líbelo de originalidad sin satisfacer ningún apetito musical.