"Reproches" de Ayax y Prok, esa canción compuesta por los rapaces de la lirica del sur que está acusada de lo que pienso que es el gran pecado de la música moderna: La nula originalidad. Los dos hermanos de Granada han demostrado sin duda su habilidad con las palabras, sono la armónica suma de rima fácil equipada con el lánguido grito de disconformidad adolescente. A juzgar por su ritmo lento y magnético, la canción es un intento descuidado de recapitular la angustia urbana, las luchas de la niñez y el dolor ensordecido remanente de tergiversar el amor y el despertar a una realidad desesperanzada. Una conveniente sumisión que parece hacer eco a las cadencias etéreas de grupos infinitamente más talentosos como Violadores del Verso o Kase.O. A fin de cuentas todo se reduce a una metáfora muerta de cansancio abusada hasta la náusea por el hip hop criollo, ese térreo concepto de gravilla en los zapatos, que predica el mismo mantra una y otra vez: El dolor existe, oh novedad.