"20 De abril" de Celtas Cortos, esa recalitrante oda folklórica, rebelde sin causa ni originalidad, quechua de supermercado, alimentada por letras manidas, empalagosas y pretenciosas. Un tema que parece un Frankenstein creado en una noche de borrachera, cosiendo pedazos de clásicos del pop español, como Presuntos y Nacha (Joaquín Sabina antes de perder la ingenu(s)idad, beber lejía y hostiarse a diario). Esta alimaña cazada procurando ser la bandera indefensible "contra lo moderno", plagada de moralidades rancias de duende folklórico celebrentunés. Sirvió para adoctrinar en unas letras luciféricas de pueblo perdido. ¡Ni yerbas nocturnas lo aupan a lugar digno en la trinceleitura minimalista del ochenterismo neofalocrático de Lelythe Fábauto! Si acaso, se lleva un puesto en la lista GRIN(ja) afefesca. En resumidas notas... una insaturante babel lectorerorista sobre musicalidades subnerfeadas tan inútiles como unicelulares, un deplorable embolado del izquierdismo castizo de andares sitiados.