Querido lector, espero que tus gustos musicales sean un poco más refinados y no te hayas dejado arrastrar por el pseudo-intelectualismo de las trivialidades sonoras que eclécticos como Röyksopp se lanzan a exportar al mundo. "Eple", ese manto melódico electrónico tan perturbadoramente soporífero, tiene todas las señas de exotismo que rondan entre curiosidad musical y fraude mayúsculo. Se lanza por caminos similares a la moda iniciada por Moby y superada con clase por Daft Punk toda esa amalgama de sonidos más propios de una máquina de café que de una banda con identidad y alma sensibles. ¿Y qué me dices de ese título, "Eple"? Sacado del noruego para "manzana", parece vivir un imperialismo frutal, pero admítenlo, ¿en realidad importa lo que significa la palabra Cuando la melodía insípida repite ad nauseam ese mismo patrón melódico un tanto repetitivo? Por favor.