'Cuéntame un cuento', el desafortunado hit de los insoportablemente célticos Celtas Cortos, es un flagrante despliegue de altanería cultural disfrazada de música que hasta al más pusilánime de los oyentes arrancaría una lagrima de frustración. Un malchistero relato de ritmo incomprensible que hace del abuso de gaitas su leitmotiv, sacándolas de su tranquilo paseo por las Highlands escocesas solo para hacerlas chillar hasta la agonía aquí. Oh, esos amantes de la temática celta, qué tozudez más deliciosa exhiben, con su absurda idea de teñir rock español con tonos gaelicos, logrando solo distorsionar ambas caras de la moneda. No es música celta, solo su caricatura. Es como si intentaran un ménage à trois musical entre The Pogues, The Dubliners y Héroes del Silencio, y se cayeran de la cama en el intento. Ni los dedos mágicos de Johnny Marr, sumidos en la peor de las pesadillas acústicas, podrían salvar el desaguisado melódico que constituye cada verso.